La amistad inquenbrantable entre las torcidas de la Universidad de Chile y el Vasco da Gama
En la historia del fútbol sudamericano, pocas amistades entre torcidas han sido tan inesperadas y significativas como la que une a los aficionados de la Universidad de Chile y del Vasco da Gama. Este lazo, que se ha fortalecido con el tiempo, nació en circunstancias extraordinarias y ha perdurado, resistiendo incluso la distancia y las barreras culturales.
El Origen de la Hermandad
Todo comenzó en 2010, cuando la Universidad de Chile, bajo el liderazgo del talentoso argentino Walter Montillo, enfrentó al Flamengo en los cuartos de final de la Copa Libertadores. La “U” avanzó de fase para sorpresa y deleite de los aficionados del Vasco da Gama, quienes vieron en esa victoria una especie de venganza futbolística contra su eterno rival, el Flamengo. Esta primera conexión sembró la semilla de una simpatía mutua entre las dos hinchadas.
Sin embargo, fue en 2011 cuando la relación entre las torcidas de la “U” y el Vasco se consolidó. En los octavos de final de la Copa Sudamericana, la Universidad de Chile protagonizó una de sus victorias más memorables al golear 4-0 al Flamengo en el Estadio Nilton Santos, un resultado que resonó con fuerza en Río de Janeiro. Un grupo numeroso de aficionados del Vasco, que habían viajado en autobús para apoyar a los chilenos, fue testigo directo de esa histórica victoria, que cimentó aún más la amistad entre ambos clubes.
Un lazo más allá del fútbol
Después de aquella victoria, la relación entre las hinchadas de la “U” y del Vasco no hizo más que estrecharse. La semifinal de la misma Copa Sudamericana, que enfrentó a ambos equipos, fue el escenario de un intercambio cultural y de apoyo sin precedentes. Aficionados del Vasco fueron recibidos con los brazos abiertos en Santiago, y lo mismo ocurrió cuando los chilenos visitaron Río de Janeiro.
“El contacto entre las hinchadas se volvió más estrecho. Organizamos un viaje en autobús lleno de vascaínos y la ‘U’ nos regaló esa histórica goleada. Desde entonces, nuestra amistad se ha fortalecido cada vez más”, recuerda Breno Batista, un aficionado del Vasco que ha visitado Chile en varias ocasiones para apoyar a su equipo y a la “U”.
La amistad entre las dos torcidas no solo se refleja en los viajes y los encuentros, sino también en los símbolos que han dejado en el camino. En una de las calles principales que lleva al estadio de São Januário, en Río de Janeiro, se puede ver un mural que representa la unión entre ambas hinchadas, un testimonio duradero de la hermandad que las une.
Este vínculo especial quedó aún más evidente en 2023, cuando los aficionados chilenos recibieron con gran hospitalidad a los vascaínos que viajaron para apoyar a su equipo en un partido contra la Universidad de Concepción por la Copa Libertadores. “Nos trataron como hermanos, se encargaron de toda la logística y no nos dejaron gastar nada. Fue una experiencia inolvidable”, relata Breno.