Como todos los viernes, llega una nueva entrega de nuestro espacio “Memorias Azules”, donde recordamos momentos inolvidables de nuestra historia como club.
En esta edición, retrocedemos más de una década para recordar el paso de uno de los entrenadores más influyentes en la historia de Universidad de Chile: Jorge Sampaoli. El estratega argentino firmó con la U a fines de 2010, en un acuerdo que, ajustado a valores actuales, rondaba los 100 mil dólares mensuales. Una cifra impresionante para el fútbol chileno de ese entonces, pero que sería más que justificada por los logros que vendrían.
Sampaoli llegó al club tras una destacada campaña con Emelec en Ecuador, reemplazando a Gerardo Pelusso. Desde el primer día, su estilo de juego ofensivo y su intensidad revolucionaron el fútbol chileno. En 2011, llevó a la U a lo más alto: conquistó el Torneo Apertura, el Clausura y, como broche de oro, la histórica Copa Sudamericana. Ese equipo es considerado por muchos como el mejor de la historia del fútbol chileno.
En 2012, Sampaoli siguió haciendo historia al ganar nuevamente el Apertura y mantener al equipo como protagonista a nivel nacional e internacional. Sus dirigidos desplegaban un fútbol moderno, con presión alta, posesión dinámica y una mentalidad arrolladora. Nombres como Eduardo Vargas, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz y Johnny Herrera brillaban bajo su dirección.
Su etapa en la U culminó a fines de 2012, cuando fue llamado a dirigir la selección chilena. Se despedía de un club que lo vio crecer y al que dejó con tres campeonatos nacionales y un título internacional. Su huella quedó grabada para siempre en la memoria azul, no solo por los títulos, sino por el estilo, la pasión y la identidad que imprimió en el equipo.
Hoy, en 2025, el banco azul es comandado por Gustavo Álvarez, otro argentino que también ha dejado una grata impresión en los hinchas. Sin embargo, cada viernes como hoy, en “Memorias Azules”, vale la pena detenerse y recordar a quienes marcaron una época. Jorge Sampaoli, con su salario millonario para la época, demostró que valía cada peso invertido en su liderazgo.
