Los divertidos apodos que circulan en el vestuario de la U

El excelente momento de Universidad de Chile, que compite con grandes posibilidades en tres torneos simultáneamente, se refleja en un ambiente positivo y distendido dentro del vestuario azul. Con opciones reales de clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores, ya instalados entre los 16 mejores de la Copa Chile y ocupando posiciones de privilegio en la Liga de Primera, el equipo vive un momento de camaradería que se manifiesta a través de las bromas y apodos que circulan entre los jugadores.
Nuevos apodos en el vestuario de la U
Rodrigo “Tucu” Contreras, actual goleador del equipo, reveló en el programa “No es para tanto” de TNT Sports algunos de los sobrenombres más llamativos que se han instalado en el camarín universitario.
Uno de los casos más particulares es el de Matías Sepúlveda, quien también era conocido como “Tucu”, lo que generaba confusiones cuando ambos jugadores coincidían. “Le digo Sepu siempre. Pasa que dicen Tucu y nos damos vuelta los dos. Ahora le decimos Mortero, que me dijeron que le gustaba. Le decían Tucu por el Tucu Hernández. El mío es un apodo real, el de él falso, pero yo le digo Sepu”, explicó Contreras.
Otro jugador que tiene un sobrenombre consolidado es Matías Zaldivia, a quien todos llaman “Cabezón”. Sin embargo, el apodo más sorprendente y divertido es el de Lucas Di Yorio, a quien Contreras llama “Peter” en referencia a “Peter La Anguila”, el famoso bailarín viral.
“Yo le digo Peter, por Peter La Anguila, tenemos buena relación desde Aldosivi y ahora compartimos pieza de habitación, nos llevamos bien, tenemos una gran relación en una competencia sana en el día a día”, reveló el delantero.
Estas anécdotas demuestran el buen clima que se vive en el plantel dirigido por Gustavo Álvarez, un factor que podría ser clave para mantener el rendimiento en las tres competencias que disputa Universidad de Chile. La camaradería y el compañerismo se han convertido en pilares fundamentales para el equipo que busca romper una sequía de títulos que se extiende desde 2017.